Las Navidades más complicadas: consecuencias psicológicas del coronavirus
¿Por qué estas Navidades pueden ser perjudiciales para nuestra salud mental?
Las Navidades siempre han sido una época complicada a nivel psicológico. Los psicólogos vemos, año tras año, como el sentimiento de soledad se incrementa, los duelos se gestionan peor, se echa de menos a gente cercana, las discusiones familiares y/o de pareja aumentan, el balance del año no es cómo se esperaba y genera frustración… Pero, todo nos hace pensar que estas Navidades van a ser mucho más perjudiciales para nuestra salud mental por el dichoso coronavirus.
Hemos tenido un año realmente malo, y albergábamos la ilusión de que con el fin del año 2020 se pusiera fin a esta etapa, sin embargo, no va a ser así y vamos a tener que convivir con el coronavirus más meses de los que quisiéramos. Ello genera desesperanza y nos hace afrontar esta última etapa del año con más hastío. Cuándo hagamos el repaso o balance del año, podemos darnos cuenta de lo que no hemos podido hacer, de los objetivos no cumplidos… y , en el peor de los casos, de las pérdidas sufridas. Es decir, un balance de año negativo sumado a la desesperanza, nos da como resultado una problemática a nivel mental difícil de gestionar.
Todos hemos visto como esta enfermedad ha cambiado por completo nuestra forma de vivir. Es una enfermedad cruel, que nos aleja de la gente y esto, en Navidad, pesa más. Las Navidades siempre han sido una época de reunirse pero estas Navidades, no va a poder ser. Somos seres sociales y la COVID-19 nos ha privado de la posibilidad de cubrir esta necesidad, lo que se traduce en mayor posibilidad de desarrollar síntomas ansiosos depresivos.
Por otro lado, el miedo a contagiar y a ser contagiado genera en todos nosotros una ansiedad que puede verse incrementada en un momento en el que se nos delega la responsabilidad . Vamos a encontrarnos en situaciones con difícil resolución, por ejemplo, si tu pareja quiere visitar a sus familiares los cuales no llevan mascarilla en interior y tu no estás de acuerdo o si se va a celebrar en casa de tus padres una cena con diez invitados (a día de hoy estaría permitido) y tienes que decidir si es adecuado ir o no. No son decisiones nada fáciles, trasladar a tu pareja que no quiere que vea a su familia no es sencillo, no visitar a la tuya por temor aún menos. Este tipo de situaciones van a crear, inevitablemente, malestar.
Asumir y aceptar que este año no va a ser cómo el resto. Piensa que sólo son un par de semanas, un pequeño sacrificio comparado con todo lo que hemos hecho.
Relativizar, pensar que que las Navidades sean diferentes no es un problema grave si estamos todos bien y sanos. Al in y al cabo, son una festividad que se celebra todos los años.
Sé fiel a ti mismo y si no quieres ir a un plan, trasládalo aunque te duela.Practica la asertividad.
No te sobreinformes, trata de desconectar ya que la sobreinformación es uno de los factores más implicados en la ansiedad derivada del coronavirus.
Vive el día a día sin agobiarte en exceso por la evolución de la pandemia.
Busca actividades alternativas que cumplan las medidas de seguridad (al aire libre, con poca gente, con mascarilla…)
Llega a acuerdos con tus allegados. Puedes, por ejemplo, comentar que no te sientes cómodo acudiendo a esa cena en interior, pero, que puedes ir a comer a una terraza otro día con ellos.
No tengas miedo de ser exagerado/a, toda precaución es poca. Lo estás haciendo bien si cumples con las medidas y si quieres que se cumplan. Si no estás cómodo porque no se van a cumplir, entiendo que es muy complicado, pero no has de ir.
Sé coherente. Tampoco tiene demasiado sentido que no acudas a un acto por precaución pero que luego te vayas unos días al pueblo con todos tus amigos, por ejemplo.
Aunque es normal que estés triste, (la tristeza es la emoción de la pérdida y hemos perdido mucho), trata de celebrar las Navidades de un modo diferente para que tu estado de ánimo mejore.