¿Qué es el trastorno del espectro autista o TEA, también conocido como autismo?
Este trastorno se encuentra, dentro de los llamados trastornos del neurodesarrollo, según la última edición del Manual de Criterios Diagnósticos (DSM V).
Es considerado como una deficiencia neurológica principalmente en las áreas de comunicación e interacción social, de detección temprana y que persistirá durante toda la vida.
Está asociada a patrones repetitivos de comportamiento. Afecta además de lo mencionado, a los intereses y actividades de las personas con este diagnóstico.
Según el ministerio de sanidad, en nuestro país, la cifra de personas diagnosticadas con TEA asciende a unas 350.000, lo que correspondería aproximadamente a 1 de cada 150 niños que nacen.
¿Cuáles son las causas?
Actualmente no se conocen las causas del trastorno del espectro autista, pero las investigaciones reconocen la importancia de la influencia que ejercen la genética y los factores ambientales.
¿Cuándo se diagnostica?
Aproximadamente a los 18 meses de edad y dependiendo de cada caso particular, es posible detectar ciertas señales de alarma, a los 24 meses se puede llevar a cabo un diagnóstico fiable.
Cada persona con TEA es diferente a la otra en cuanto a las características que podamos observar, lo que dificulta en cierta medida crear un patrón a la hora de realizar el diagnóstico.
Aún así, debemos estar atentos a los principales signos a observar:
– La falta de interés que muestran estas personas hacia la mayoría de los objetos y personas hacen que haya una ausencia en la conducta de señalar. De la misma forma, no miran los objetos cuando otra persona los señala.
– Como ya hemos mencionado tienen dificultades para relacionarse con los demás o no manifiestan ningún interés por ciertas personas.
– Evitan el contacto visual.
– Tienen dificultades para comprender los sentimientos de otras personas y para expresar los propios.
– Muestran cierto interés por algunas personas pero no saber cómo hablar, jugar ni relacionarse con ellas.
-A la hora de comunicarse presentan una falta de uso del lenguaje tanto verbal como corporal que puede llegar incluso al mutismo.
– Repiten o imitan palabras o frases (Ecolalias).
– Ausencia de juego simbólico (por ejemplo, dan golpes a un coche, en lugar de deslizarlos o hacer una carrera).
– Presentan una insistencia exagerada en una misma rutina y tienen poca tolerancia a los cambios de esta.
-Tienen, dependiendo del caso, hipersensibilidad al olor, el gusto, el frío, el tacto o el sonido de las cosas y pueden presentar habilidades especiales en ciertas áreas sensoriales como memoria, arte o cálculo.
¿Existe un tratamiento para el TEA?
En la actualidad no se conoce un tratamiento específico para este diagnóstico. Existen diversas formas de ampliar sus habilidades y mejorar sus capacidades, pero lo más importante en este caso es una detección y diagnóstico precoz. Cuanto antes se realice el diagnóstico, antes se puede comenzar a trabajar con estos niños y mejorar su adaptación social.
AQUÍ puedes leer una entrevista a una madre de un niño con autismo.