Características de los objetos de los dependientes emocionales
- Son fácilmente idealizables. La tremenda falta de autoestima y la insatisfacción consigo mismo del dependiente emocional provoca que queden realmente fascinados ante personas con un ego muy sobrevalorado, fuertes, dominantes, soberbias, seguras de sí mismas. Consideran a estas personas como “interesantes”, cuando a otras podrían perfectamente resultarnos como antipáticas o presuntuosas.
- Son narcisistas y explotadores. Esta característica viene especialmente motivada por su personalidad, pero convenientemente facilitada por el comportamiento sumiso de los dependientes emocionales, que perpetúa y consolida estos rasgos.
Finalmente, es preciso añadir que no todas las parejas que tenga un dependiente emocional se ajustarán a este perfil, porque éste también lleva a cabo “relaciones de transición” cuyo fin únicamente es mitigar el dolor de la soledad y la necesidad afectiva insatisfecha. En estas relaciones de transición casi cualquier perfil de persona es válido para formar parte de ellas.
Posibles causas de la dependencia emocional:
- Factores causales de tipo psicosocial
1 .1 Carencias afectivas tempranas.
Los relatos biográficos de estos pacientes destacan por la persistente aparición de este tipo de carencias. La frialdad, el rechazo, el desprecio y la soledad son denominadores comunes en la infancia de estas personas.Sus relaciones insatisfactorias con el entorno no necesariamente se habrán fundamentado en el déficit de sentimientos positivos, sino también en la presencia de afectos negativos. Entre éstos destaca el rechazo, insultos, humillaciones, menosprecios, gritos, devaluaciones e incluso abusos físicos y/o sexuales. La carga de estas circunstancias interpersonales adversas será directamente proporcional a la magnitud de la dependencia emocional adulta.
La falta de afecto persistente que han sufrido estas personas se puede adivinar también por su gran déficit de autoestima, algo que les conduce a no aceptarse, no gustarse en su totalidad como personas que son.Por eso, también, el dependiente emocional es incapaz de amar tal y como lo entendemos los demás, como un intercambio recíproco de afecto. Al no amarse a sí mismos no pueden transferir ese amor a los demás, formando de esta manera vínculos afectivos inadecuados.
El sujeto, en este caso un dependiente emocional, despliega sentimientos positivos hacia su entorno (demanda cariño y aceptación hacia las otras personas, las valora, las busca), pero éste no los corresponde adecuadamente, sea mediante un déficit de afecto, sea con la aparición más o menos continua de situaciones emocionalmente negativas como rechazos, hostilidad, violencia, burlas, etc. Por no recibir el afecto y la valoración suficientes, necesarios para nuestro desarrollo psíquico saludable, el sujeto despliega hacia sí mismo sentimientos negativos. En consecuencia, como el dependiente se vincula afectivamente con su entorno, se trata a sí mismo de idéntica manera a como es tratado por los demás, ahondando y contribuyendo a la minusvaloración de su persona. La falta de autoestima y la continua búsqueda de los demás para compensar ese déficit produce desde muy tempranas edades la configuración de esquemas cognitivos e interpersonales de naturaleza disfuncional. Entre otros encontramos la idealización del otro, la sumisión como instrumento para evitar el abandono, la relación de pareja como adhesión y admiración y no como intercambio recíproco de afecto desde una posición igualitaria.
1.2 Mantenimiento de la vinculación.
A grandes rasgos y con propósitos de simplificación, las personas podemos tomar dos caminos ante las carencias afectivas tempranas por parte de nuestro entorno: la separación emocional de los demás o la continua búsqueda de ese afecto no recibido. Es evidente que los dependientes emocionales escogen la segunda vía, por lo tanto afirmamos que en ellos se mantiene la vinculación.
Observamos que si el entorno es enormemente nocivo o si el sujeto tiene una autoestima muy alta, tiene más fácil la vía de la desvinculación. Esto nos indica que, si no se dan estas circunstancias, se produce lo que hemos denominado “mantenimiento de la vinculación”, que conduce a la continua búsqueda que el dependiente emocional realiza hacia los demás y también a que la autoestima sea tan baja.
- Factores causales de tipo biológico
En primer lugar, la pertenencia a uno u otro sexo es un factor relevante, ya que la mujer presenta dependencia emocional con mayor frecuencia que el varón.
También podemos especular sobre distintos rasgos temperamentales básicos, genéticamente adquiridos, que puedan facilitar junto con otros muchos factores la aparición de dependencia emocional. Quizá una persona con una disposición genética a la extraversión pueda estar más abocada a mantener la vinculación afectiva hacia los demás en caso de que existan circunstancias interpersonales adversas.
Existen otros condicionantes biológicos y que facilitarán la presencia de dependencia emocional. Por ejemplo, la disfunción monoaminérgica propia de los trastornos ansioso-depresivos producirá un desánimo y un hundimiento que pueden impulsar al individuo a buscar a alguien en quien apoyarse excesivamente, así como a la disminución de su autoestima.
- Factores causales de tipo sociocultural
El género masculino y el femenino tienen influencias socioculturales muy concretas, adoptando diferentes matices. Existen sociedades que enfatizan mucho la diferencia entre varón y mujer, mientras que otras las suavizan más.Las sociedades y culturas que sean más machistas otorgarán al varón un rol dominante,mientras que a la mujer le atribuirán características de dependencia y suboordinación. Es obvio que esta presión social es variable con el tiempo, y que no necesariamente se recibe por igual dado que los agentes socializadores como familia, colegios, amigos, etc. matizarán dicha presión, suavizándola o incluso potenciándola. Además de todo esto, el individuo también tiene mucho que decir, porque puede ejercer una cierta crítica a estas tendencias y adoptar una posición más personal.
- Factores mantenedores
La cronicidad de todo los factores causales expuestos anteriormente conduce a una consolidación de los esquemas cognitivos e interpersonales que son el fundamento de la dependencia emocional. Esta consolidación todavía se refuerza más cuando por parte del entorno se reciben lo que se conoce como “reacciones complementarias”, que no es más que la contrapartida de las pautas interpersonales interiorizadas. En el caso de los dependientes emocionales, las reacciones complementarias las efectúan, por ejemplo, las parejas narcisistas. Éstas responden en su interacción con falta de afecto, humillación, desprecio, anulación del otro, fanfarronería, etc.; por lo cual todavía se potencia la falta de autoestima, la sumisión y la idealización de los dependientes emocionales. Es decir, la reacción del entorno, y más concretamente del objeto, acentúa y mantiene los esquemas y procesos responsables de la dependencia emocional.
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