Gestión emocional en tratamientos
DE REPRODUCCIÓN ASISTIDA
DE REPRODUCCIÓN ASISTIDA
Cuando una persona o pareja decide iniciar un tratamiento de reproducción asistida por presentar dificultades reproductivas, suele atravesar diversos momentos críticos como lo son el diagnóstico, la estimulación ovárica, el resultado en cuanto a número de óvulos maduros, el resultado de la inseminación, la evolución y desarrollo embrionario, la transferencia, la espera de resultados y los resultados finales.
La medicina ha revolucionado los métodos de reproducción asistida. La psicología ha mostrado la relevancia de realizar un acompañamiento terapéutico paralelo al tratamiento médico a fin de optimizar los resultados de esos innovadores métodos.
El inicio del tratamiento conlleva la etapa de adaptación, aceptación y esperanza, pero se acompaña de malestares físicos, posibles efectos de la medicación, visitas continuadas al centro, cambios de actitud y hábitos.
Conviene vigilar una serie de signos como la dificultad para conciliar el sueño la pérdida del apetito, la fatiga, la existencia de una comunicación ineficaz con el otro miembro de la pareja, diferencia de opiniones de la pareja respecto al tratamiento y las distorsiones cognitivas. Disminuyen los recursos de afrontamiento, algunos abandonan el tratamiento otros piden ayuda para seguir.
La espera de resultados, son días de expectativas máximas con una mezcla de miedo e ilusión, de esperanza y desesperanza, negación del éxito por miedo al fracaso, posibles dolores pre-regla, leve sangrado. Todo acompañado con síntomas físicos de ansiedad.
Cuando los resultados son positivos experimentan una inmensa alegría que puede ser aplacada por persistir la ansiedad y el miedo durante los tres primeros meses. Son lo que llamamos “embarazos de cristal”.
Ante resultados negativos ocurre una explosión de sentimientos; sensación de pérdida, duelo, culpabilización interna y externa, autorreproches sobre el pasado, pena, tristeza, ansiedad, depresión. Cuando los resultados son positivos pero adversos y pasados unos días se tornan negativos, se generan estados de confusión y ánimo deprimido. O bien ante resultados positivos que acaban en abortos, llevan a los pacientes a padecer duelos complicados, depresión, ansiedad, desesperanza, miedo a volverlo a intentar.
Sentirse infértil es una experiencia que se vive de forma impactante, inesperada y con la sensación de que puede sucederle a otros, pero no a uno mismo.
Cuando una pareja lleva 3 o 4 ciclos sin conseguir el embarazo (situación muy normal y habitual en reproducción asistida), se instala la desesperanza, surge la desconfianza en todo el equipo, baja autoestima, surgen sentimientos de soledad, pérdida de reforzadores externos, visión negativa del futuro y aparece la Indefensión Aprendida. La indefensión aprendida es un estado psicológico que se manifiesta cuando una persona comienza a sentir que es incapaz de modificar alguna situación, comportamiento o estado mediante sus conductas. Es decir, se interpreta, que nuestra conducta o actos no influyen en el resultado obtenido.
El trastorno más habitual de la población con problemas de infertilidad es el Trastorno Adaptativo. Este trastorno se caracteriza por la aparición de síntomas emocionales (por ej. ansiedad o depresión) o comportamentales (cambios en la conducta) en respuesta a un factor estresante identificable externo (por ej. pérdida de empleo, enfermedad física, divorcio, migración, problemas económicos, laborales, sociales, familiares, pérdida de la capacidad de procrear… etc.). Este tipo de trastornos, aunque generan un alto grado de malestar, no impiden que la persona siga con sus funciones habituales.
Generalmente son las relaciones de pareja, sociales y familiares y la capacidad de disfrute del tiempo libre, los ámbitos de la vida de estas personas que se ven más afectados.
En ocasiones, se observan síntomas que indican este malestar como son las alteraciones del sueño, el apetito y sobre todo, la disminución de la libido.
Otros trastornos que también pueden aparecer son: Trastornos depresivos, trastornos de ansiedad, trastornos somatomorfos y trastornos sexuales.
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La infertilidad es una circunstancia en la vida que puede afectar emocionalmente a las personas que la padecen. Con mucha probabilidad los tratamientos se prolongan en el tiempo y por ello se recomienda el apoyo emocional.
Desde Mariva Psicólogos queremos acompañarte en este proceso, facilitando el desarrollo de:
Hay que tener presente que, cada caso es único, por lo que, se realizaría una adecuada evaluación en la que se estudian las circunstancias personales, la situación, los recursos de los que dispone la persona, su afrontamiento etc. Se valoran las necesidades de cada persona y se establecen los objetivos, trabajando junto a ella para lograr un mayor bienestar personal.
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