Es común que una de las dos partes de la relación, o incluso ambas, sientan que «no pueden vivir» sin el otro, que tengan un gran miedo a la soledad y que crean poder vivir sin tener pareja o que tengan una relación insatisfactoria pero no se sientan capaces de cortarla. Esto hace que esa persona se sienta mal, baje su autoestima y se desanime ante la incomprensión del entorno. Estamos entonces ante una probable dependencia emocional, pero no hay que alarmarse, tiene solución. La dependencia emocional no es un trastorno que se tiene o no se tiene, es una conducta que va en un continuo que de menos a más gravedad, es decir, en cada persona tiene una gravedad y unas características, aunque son comunes la baja autoestima, el miedo a la soledad y la necesidad de tener pareja.
La dependencia emocional es la necesidad afectiva extrema que una persona siente hacia otra a lo largo de sus diferentes relaciones de pareja.
Suele acarrear diversos síntomas que para la persona son perjudiciales como ansiedad, baja autoestima, sentimiento de culpabilidad y de soledad ante la incomprensión del entorno, tristeza, preocupaciones continuas, celos… Además es un patrón de conducta, por lo que tiende a repetirse en todas las relaciones de pareja e incluso la persona se siente mal así sin pareja. Genera un gran malestar, por ello, es indispensable la ayuda de un profesional.
Mariva Psicólogos somos especialistas en la intervención en Dependencia Emocional, habiendo ofertado diversos talleres sobre esta temática y diariamente trabajando con personas que la sufren.