En España ya podemos salir a dar paseos y a hacer deporte, estamos en el proceso de desescalada tras haber sido azotados por la pandemia del coronavirus.
Esto, es una muy buena noticia, sin embargo, genera ansiedad en muchos de los ciudadanos. En los medios de comunicación ya se comienza a hablar de un gran número de personas que sufren el síndrome de la cabaña o miedo a salir de casa, ¿qué es? ¿por qué sucede esto? ¿es normal? ¿cómo podemos gestionarlo?
¿Qué es el síndrome de la cabaña? ¿es normal?
El síndrome de la cabaña es un conjunto de síntomas estudiados en personas que han pasado largos períodos encerrados, principalmente, en hospitales o cárceles, y que, al salir, sienten miedo porque su zona de confort cambia (la cabaña) y esto genera inseguridad, síntomas ansiosos e, incluso, crisis de pánico, hipocondría o agorafobia.
Sin embargo, no todas las personas que padecen miedo a salir de casa tienen este síndrome, ya que, tener miedo en estos momentos es normal, lógico y adaptativo. El miedo es una emoción primaria, es decir, universal e innata, que tiene una función vital, la de la supervivencia, nos protege de aquello que puede hacernos daño (o que creemos que nos lo puede hacer, si hablamos de un miedo irracional), en este caso, el coronavirus puede hacernos daño y el gran problema es que es una amenaza invisible, y protegernos es esencial, por lo tanto, cierto nivel de miedo es , como decíamos, sano y recomendable.
Hablaríamos de síndrome o de trastorno de algún tipo, como ansiedad por miedo a desarrollar una enfermedad, cuando este miedo es muy intenso y duradero y se acompaña de otros síntomas y comportamientos, como, por ejemplo, la evitación a salir aunque ya avancemos en las fases de la desescalada.
Además del miedo y de la ansiedad, otra emoción predominante que retrae a las personas de sus salidas es el enfado. Si salimos y vemos a la gente que no cumple con las medidas de seguridad, se genera ira y frustración, hace que perdamos, en cierta manera, la esperanza de que las cosas puedan ir mejor y nos llena de rabia que es complicada de gestionar porque el cambio no está en nuestra mano.
¿Cómo podemos gestionar el miedo a salir de casa?
Aceptando la normalidad de las emociones, el miedo es normal y podemos sentirlo sin cargarnos de culpabilidad.
Usar el miedo para protegernos y actuar con responsabilidad, adoptando las medidas de distancia interpersonal e higiene necesarias.
Ir retomando las actividades que las autoridades nos permitan poco a poco. No es necesario que, en primera instancia, salgamos a hacer deporte en las horas más concurridas, podemos salir un pequeño periodo de tiempo en horas y espacios poco concurridos.
Es importante no refugiarnos en la evitación, ir realizando las actividades poco a poco y con medidas de seguridad no es lo mismo que no realizarlas. Si nos quedamos en casa y evitamos salir porque nos da miedo, podemos generar un problema a largo plazo. Lo que puede acabar ocurriendo es que aprendemos que la solución para eliminar la ansiedad es no salir, que la casa es la zona segura y ello puede llevarnos a desarrollar agorafobia o hipocondría entre otros trastornos.
Respecto al enfado, cuando vemos que no se cumplen correctamente con las medidas de seguridad necesarias o con las normas que se dictan desde las autoridades competentes, también hemos de validar nuestro enfado. Es normal esa emoción y tenemos razones para estar enfadados, pero, hay que centrarse en los factores que podemos controlar, que suelen ser, los comportamientos que nosotros podamos adoptar. En este sentido, hemos de centrarnos en ser responsables de forma individual y, si lo creemos conveniente, por ejemplo si alguien no respeta la distancia de seguridad, pedir que lo hagan, ya que, de esta forma, haremos lo que está en nuestra mano y no centraremos las energías en los factores que no dependen de nosotros. Una vez tomadas estas medidas hemos de procurar centrar nuestra atención en los aspectos agradables de estas salidas.
Debemos seguir informándonos pero sin sobre exponernos a esa información y centrarnos en los datos que tenemos en la actualidad, sin caer en la búsqueda de información sobre cómo estaremos dentro de un tiempo, ya que, es un factor desconocido y, de nuevo, estaremos poniendo nuestro foco en algo que no podemos controlar.
Los trastornos psicológicos no aparecen de un día para otro, suelen comenzar con el desarrollo de ciertos síntomas y conductas que no son gestionados correctamente, por ello, es importante que te pongas en manos de un profesional si percibes miedo o ansiedad que te pueda estar limitando antes de que pueda ir a más.
Por otra parte, no es necesario haber desarrollado un trastorno para que un psicólogo te de las herramientas necesarias para ir volviendo a la normalidad. Cada persona tenemos nuestros miedos, nuestras propias circunstancias, preocupaciones, sentimientos… y es complicado gestionar todo esto en una situación tan nueva y excepcional. Además, haber atravesado un confinamiento y haber vivido una pandemia, hace muy probable que tengamos que trabajar ciertos aspectos personales que han influido en la merma de nuestra salud mental y es el momento de mejorarlos.