Cuándo estudiamos la carrera de Psicología, nos adentramos en campos como la memoria, el aprendizaje, el funcionamiento de la atención, la percepción, la concentración… Si bien es cierto que, son asignaturas densas y complejas, son muy muy interesantes. Una vez te adentras al mundo laboral, no piensas que sean conocimientos que vas a utilizar con mucha frecuencia, sin embargo, la realidad te hace ver que no es así, y que conviene refrescar y formarse mucho en ellos. Además, nuestra experiencia acompañando a opositores, nos obliga a ello.
Por este motivo, vamos a realizar una serie de post explicando ciertas nociones sobre la memoria. Es un tema muy amplio, por lo tanto, trataremos de resumirlo.
Aunque su nombre sea singular, no es un único sistema, sino muchos, que tienen en común la capacidad de almacenar información. Estos van desde el almacenamiento a muy corto plazo, al muy a largo plazo, o desde retener una información mínima a una muy extensa.
Podemos hablar de diferentes tipos:
Según el tipo de conocimiento:
Memoria autobiográfica: Un registro de experiencias de toda una vida.
Memoria semántica: Todo aquello que yo sé, es decir, la información general sobre el mundo
Memoria operativa: Retiene la información acerca de cómo realizar las cosas.
Según cómo percibimos la información:
Memoria sensorial: Dentro de ella encontraríamos la memoria visual y auditiva (a corto y largo plazo) e incluso la olfativa y táctil.
Memoria de trabajo: Es aquello que pretendemos memorizar o que requiere cierto esfuerzo cognitivo. También podemos llamarla memoria consciente, ya que realizamos un esfuerzo consciente de retener información. Por otro lado, tenemos la implícita siendo aquello que aprendemos sin hacerlo de forma voluntaria.
Según el tiempo de almacenamiento:
A corto plazo: información que dura un corto período de tiempo y es limitada.
A largo plazo: retiene información que dura un gran período de tiempo y que puede ser muy extensa.
¿Por qué se produce el olvido?
La memoria humana es engañosa, tenemos una gran capacidad de olvido, lo cual, pese a verlo como un inconveniente, es un sistema eficiente. Pensemos que retenemos cualquier tipo de detalle, necesitaríamos una capacidad inmensa de recursos de almacenaje y de acceso a ello.
Por otro lado, el olvido calma el dolor emocional, nos hace ir eliminando aquello que nos ha causado malestar. Por lo tanto, tiene una increíble función defensiva.
El proceso de olvido es aquel por el cual las características importantes son filtradas y conservadas, y los detalles no relevantes son destruidos o almacenados de modo no fácilmente accesible.
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