A menudo, en la consulta trabajamos con pacientes que, pese a que cada uno tiene sus problemáticas, miedos, pensamientos…. comparten un rasgo:
La mala o nula gestión de la incertidumbre.
¿Qué significa?
Hay factores que podemos controlar, sin embargo, estos son menos de los que creemos. Por ejemplo, yo puedo controlar decidir irme de viaje, lo organizo, compro los billetes, reservo el hotel… Pero, nos desborda una pandemia y mi viaje se va al traste… todo lo que pensaba que controlaba, deja de estar bajo mi control.
Tampoco podemos controlar el clima, las enfermedades, las reacciones de los demás… es decir, existen miles, millones, de factores que escapan a nuestro control.
Hay personas con más facilidad para asumir que muchos factores no dependen de ellas, pero otras, aunque racionalmente son conscientes de ello, lo gestionan mal, no lo aceptan y como les suelo decir » se dan contra un muro».
Gestión de la incertidumbre significa como aceptamos y respondemos a todo aquello que escapa de nuestro control. Es algo muy relacionado con aspectos como tolerancia a la frustración y resiliencia.
¿Por qué es tan importante aprender a gestionar la incertidumbre?
Uno de los problemas principales que nos encontramos ante la inadecuada gestión de la incertidumbre es que se tiende a la catastrofización, es decir, la tendencia a pensar lo peor, a quedarse con la alternativa más pesimista.
Si ante las situaciones en las que no controlamos los factores intervinientes y no podemos conocer el resultado, por ejemplo, estar pendientes de resultados de una prueba médica, tenemos una mala gestión de la incertidumbre, la persona:
Piensa que la prueba va a tener un mal resultado
Que no va a tener solución posible
Que no va a ser capaz de afrontarlo
Sentirá, consecuentemente, una gran ansiedad
Sus conductas tenderán a la evitación, (tratar de no hacerse pruebas, por ejemplo) a la hipervigilancia (estar pendientes de todos lo que interpretan como síntomas), a la comprobación de sus hipótesis (buscando información en internet, entre otros medios)
¿Qué podemos hacer para mejorar la gestión de la incertidumbre?
Hay una parte de esta mala gestión que puede ser parte de la personalidad de la persona, con lo cual, se dificulta eliminar, por completo, esa tendencia a catastrofizar, sin embargo, sí que puede y se debe trabajar para mejorar mucho la frecuencia e intensidad de estos pensamientos y, por tanto, mejorar la gestión de la incertidumbre.
Por ejemplo, si una persona a la que le cuesta gestionar la incertidumbre está esperando el resultado de la prueba médica, como comentábamos anteriormente, y no lo ha trabajado en terapia, es probable que suceda todo lo que narrábamos, pero, si lo ha trabajado en terapia, se logra:
Aparecerá un pensamiento catastrofista… pero:
La persona aprenderá que su tendencia a pensar de este modo no implica que sea la única alternativa válida, se planteará otras posibilidades a las que tratará de dar la misma validez.
Aprenderá a fomentar conductas que no refuercen el posible malestar
Practicará técnicas para desactivar la sobreexcitación fisiológica propias de la ansiedad.
En definitiva, modulará esta tendencia y aumentará su calidad de vida.