Cuándo nuestra relación de pareja comienza a ir mal, es algo que puede repercutir en nuestro funcionamiento diario y extenderse a otras parcelas de nuestra vida, generándonos un gran malestar, en esos momentos, procuramos arreglar las cosas, evadirnos, negarlo… y una de las últimas cosas que se nos ocurren es: pedir ayuda profesional y acudir a terapia de pareja
¿Por qué cuesta tanto acudir a terapia de pareja? En gran parte, por temor a exponer nuestras intimidades a un desconocido, y, en otra gran parte, por aquello que hemos visto en las películas dónde la pareja está en la consulta del psicólogo sacando los «trapos sucios» y discutiendo más que en casa. Pero, ¿cómo es realmente la terapia de pareja?
Yo voy a hablar desde nuestra perspectiva, desde nuestro trabajo, que parte del paradigma Cognitivo Conductual. Algo que te sorprenderá es que la mayor parte de las sesiones de terapia de pareja son individuales. Puede que te preguntes cómo es posible si se trata de una terapia de pareja, pues bien, se trabaja por separado porque es importante conocer qué ocurre desde ambos puntos de vista y trabajar de forma individualizada aquellos comportamientos que están dañando la relación. Pongamos como ejemplo que una pareja acude a consulta porque llevan un tiempo discutiendo a diario, evaluaríamos de forma individual el problema que percibe cada parte, cómo describe su relación, qué quiere que cambie… y, siguiendo con el ejemplo, se trabaja con una parte de la pareja su comportamiento puesto que está «a la defensiva» y con la otra parte sus pensamientos de tipo celotípicos. Si, bien es cierto, se intercalan sesiones en conjunto o momentos en los que la pareja entra en consulta junta, pero, ni mucho menos, para centrarnos en el problema, sino, en la solución.
¿Qué miedos debemos eliminar antes de acudir a terapia de pareja? Para empezar, elimina el miedo a que tu pareja te criticará, no es la finalidad de las sesiones, contará cuáles percibe que son los problemas de la relación para comenzar a trabajar en ellos y, este, es un trabajo conjunto, en el que nunca hay un único «responsable» , ni mucho menos, culpable.
Elimina también el miedo al fracaso, muchas personas creen que acudir a terapia de pareja es un fracaso, que indica que la relación ha terminado. Pues bien, no suele ser el caso, si ambos deciden acudir a la terapia es un gran signo de que hay predisposición por parte de ambos en que la relación funcione y sea satisfactoria. De todos modos, lo que se pretende es que seáis felices, y si, es mejor que sea por separado, vosotros iréis llegando a esa conclusión, nunca el psicólogo os debe aconsejar qué hacer, sino que, os dará las herramientas para ello.
Elimina el miedo a estar exagerando, se ha demostrado que el porcentaje de éxito es mucho mayor si la pareja acude a terapia al comenzar a percibir signos de insatisfacción, si pasáis muchos años así, se puede trabajar, pero, el problema está mucho más cronificado y se necesitará más tiempo y trabajo terapéutico.
Elimina el miedo a contar tus intimidades, es totalmente lógico, pero, al igual que cualquier sanitario se acostumbra a su profesión, a nosotros, cada día, personas diferentes nos cuentan sus problemas, objetivos, miedos… no juzgamos por estos y, además, te ampara la confidencialidad que debemos mantener los psicólogos.
Espero que este post te haya ayudado a eliminar prejuicios respecto a la terapia de pareja. De todos modos, contacta con nosotros para mayor información.