Escribo este artículo tras leer una preciosa carta de un chico que recogió un perro abandonado y lo cuidó durante tres años hasta que este finalmente se marchó, era un perro enfermo y viejo, pero esto no le impidió parar su coche, adoptarlo como un miembro más de su familia y quererle día tras día. Como este caso, por desgracia, hay muchos más y, al igual que este chico, me pregunto el por qué.

Por supuesto, nadie tiene obligación de tener perro, es legítimo que no te gusten, que te den miedo, que no quieras asumir esa responsabilidad, etc. Pero NO es legítimo abandonarlos, o tenerlos y no darles amor. Un perro puede cambiar tu vida, lo digo de primera mano, con un perro descubres un alma noble, alguien que no se enfada contigo, que te da cariño (incluso sin ser un perro especialmente afectivo), que te transmite a veces calma y serenidad, y otras energía y vida, que da alegría, te sorprende, aprende contigo y tú con él…

Puedes estar mal, haber tenido un día horrible, entrar en casa, que se te acerque y descubrir que siempre está a tu lado, que está libre de toda esa vorágine del mundo que nos afecta. ¿Sabías que simplemente acariciando a tu mascota se regula el ritmo cardíaco, la presión arterial y disminuye el estrés?

Tener un perro tiene mil beneficios, tanto a nivel físico como psicológico, nos obliga a hacer ejercicio, a tener una rutina, a salir a andar llueva, nieve o truene… Jugar con él puede ser una gran vía de escape de estrés y cuidarlo nos hace ser más responsables, por ello, también es muy recomendable que en la vida de los niños haya una mascota. En el caso de los niños, tener un perro tiene también múltiples beneficios, por ejemplo, ayudan a que los niños sean menos agresivos, mejoran la autoestima pues se sienten muy queridos por su mascota y, al cumplir con la obligación de cuidarlos, estamos creando  una sensación de utilidad, responsabilidad y motivación muy alta y recomendable, mejora su estabilidad emocional, además son unos compañeros de juego excelentes para su desarrollo psicomotor y para mejorar su sistema inmune…

Tanto niños como adultos, al tener un perro, descubrimos lo que es la aceptación y el amor incondicional, una relación que nos lleva a conocernos mejor a nosotros mismos, compartir nuestra vida con ellos tiene, como hemos comentado, muchos efectos beneficiosos para nuestra salud física y mental, pero a quienes tienen uno y mantienen esta relación «mágica» que se crea, ya saben de lo que estoy hablando … Nos dan tanto a cambio de tan poco que se convierten en un compañero de vida eterno, acaban marchando, su longevidad es mucho más breve que la humana, pero lo que nos dan es algo que nunca se va.