Los celos son una emoción muy compleja, todos los hemos sentido alguna vez pero nos cuesta decidir si son unos sentimientos buenos o malos. Vamos a tratar de explicar en el post de hoy algunos aspectos de esta emoción.
Los celos son un proceso emocional complejo, compuesto de emociones básicas negativas (miedo, tristeza, ira) y positivas (amor, cariño…), son un proceso que se activa cuando la persona o su organismo detecta algún peligro o amenaza para su bienestar. Suele ver peligrar su amor , su posición de prioridad para la otra persona… pueden ser unos celos de tipo romántico, es decir, de pareja, o no romántico (amistad, celos de los hijos a sus hermanos…) En el amos romántico, se considera que los celos surgen cuando uno de los miembros de la pareja percibe que una situación o persona supone un rival o una amenaza para la relación. Al percibirse dicha amenaza, aparece un estado emocional en el que se experimentan una o varias de las emociones primarias citadas con anterioridad: miedo, tristeza, hostilidad,
Es fácil confundirlos con la envidia pero no se trata de lo mismo ya que en la envidia, más que ver peligrar algo importante para ti, deseas eso que tiene la otra persona y esta suele estar por encima que el sentimiento de cariño del que también se compone los celos. Aunque, hay que destacar que en esta balanza de amor-miedo,ira , en muchas ocasiones, se dan más los sentimientos negativos y vemos que estos celos pueden llevar incluso a la agresividad, generalmente cuando hay otros problemas como falta de control de impulsos, una muy baja autoestima, repertorio pobre de conductas adecuadas para afrontar problemas y comunicarse…
Como toda conducta, los celos tienen tres aspectos, el cognitivo (interpretación de amenaza, miedo al abandono…), el fisiológico (sobrexcitación, trastornos digestivos…) y el motor o conductual (vigilar a la pareja, discusiones…) Es decir, lo que pienso, lo que siento y lo que hago. Como en el resto de las emociones, los celos cumplen una función útil y
adaptativa al servicio del individuo y de la especie, como podría ser asegurar la reproducción, afianzar la cohesión… pero las emociones no han evolucionado al ritmo que lo ha hecho la cultura, la sociedad y nosotros mismos y han dejado de tener la utilidad que podían tener hace años y, es por ello, sumado a que en muchas ocasiones desbordan a la persona si tiene alguna otra problemática (como inseguridad, baja autoestima, problemas de pareja…) o estos celos sobrepasan el límite «normal», que han daño a quienes los padecen.
Respecto a la causa de los celos, decir que influyen factores genéticos, biológicos y culturales , que se ven influenciados por factores de la personalidad y la historia de la persona. Es decir, los celos pueden, por ejemplo, aumentarse si la persona tiene una baja autoestima, si ha tenido una historia de relaciones en las que se ha visto engañado, si con los celos ha conseguido lo que quiere (por ejemplo que la otra persona no salga sin él/ella)…
Todos nos preguntamos, ¿no tener celos significa no querer? La respuesta simple sería un No, pero es cierto que en ciertas circunstancias si no se tiene celos (aunque sea en pequeña medida y bien gestionados) puede ser un indicador de que no sientes ninguna amenaza ni temor a perder a tu pareja, por ello habría que valorar si hay una carencia de enamoramiento pero lo más probable es que se den otras muchas causas como que simplemente esa situación no te produce celos porque estás seguro que no va a repercutir en tu relación, si nunca sientes celos pese a que se den estas situaciones «amenazantes» (cómo podría ser un «tonteo» de tu pareja con otra persona) ver los motivos del por qué, o puede que, cómo hemos comentado , sí que sienta celos pero los gestione adecuadamente o para sí mismo y no los exprese., etc. En el lado opuesto tendríamos la pregunta ¿más celos significa querer más? No, cómo hemos dicho los celos exacerbados suelen estar influidos por otras causas como problemas personales, experiencias previas negativas, inseguridad propia o sobre tu pareja… Se establece, por tanto, la necesidad de diferenciar lo que en el lenguaje popular se señala como celos normales y celos patológicos. El objetivo general de la intervención en casos de celos patológicos es conseguir que los pensamientos y los comportamientos de duda sobre la fidelidad de la pareja se reduzcan a límites adaptativos para ambos miembros de la relación, adecuando, posteriormente, objetivos específicos según el caso, estos pueden ser, aumentar el grado de satisfacción del celoso para que no se obsesione con estos pensamientos porque esté inmerso en otras actividades gratificantes, trabajar técnicas de comunicación en la pareja , enseñar al otro miembro de la pareja estrategias de actuación, promover la idea de que la mejor manera de que la pareja se quede junto a ti es proporcionar a la otra persona es proporcionarle tal «dosis» de bienestar que no pueda renunciar al mismo y fomentar que ello sea recíproco, aumentar la autoestima, trabajar sentimientos de inseguridad por anteriores infidelidades… Los objetivos pueden ser tan infinitos como el número de casos, pero el objetivo común es conseguir que los celos no dañen ni a la relación de pareja ni a ninguno de sus dos miembros.
Marta Marín
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