En primer lugar, desearos a todos muy Feliz año!! Esta noche vienen los Reyes Magos y es una noche mágica, en la que se cumplen algunos deseos… pero otros se han quedado en el 2014 como propósitos no cumplidos y nadie nos habla de que hacer con ellos, que hacer con esa pregunta..¿Y ahora qué? o con esos sentimientos de fracaso o culpabilidad. Por eso os invito a que en vuestra carta de deseos añadáis iniciativa, fuerza y restéis prejuicios y tristeza… ¿Cómo hacerlo?
Puede ser complicado, tendemos a marcarnos metas altas que en muchas ocasiones no se cumplen, a veces incluso no nos la marcamos nosotros mismos, vienen impuestas por la sociedad o por el reloj biológico, por ejemplo. Podemos tener diferentes ideales, uno de los más comunes es «termino la carrera, trabajo, me caso y tengo hijos», o al contrario «estoy trabajando, con pareja e hijos y mi idea de felicidad se basaba en viajar libremente y no tener ataduras», sea cual sea el plan que te estableciste es muy probable que no se haya cumplido todo por completo, o quizá tu situación quede muy lejana de lo que habías pensado. Cuando cambiamos de año tendemos a hacer balance, eso no es malo, pero no debemos fustigarnos si no hemos cumplido con nuestros propósitos, ya sean a gran escala o esos pequeños objetivos que nos marcamos y que nunca cumplimos, como dejar de fumar, adelgazar, hacer más ejercicio, leer más… Esto suele generar una sensación de fracaso y frustración que se ve acrecentada si te comparas con tu entorno y ves como ellos si han cumplido sus propósitos, pero quizá esto es lo que tú percibes, ya que los propósitos de cada uno son muy diferentes y compararse es un grave error, un error humano que todos cometemos, pero un error. Ahí reside parte de la clave para afrontar el nuevo año libres de sentimiento de fracaso y con ilusión, deja de compararte, cambia el foco y piensa que quizá ese amigo con pareja no es más feliz que tú, o que ese familiar con más dinero puede tener otros problemas… NO se trata de alegrarnos del mal ajeno o de desearlo, sino de ser conscientes de que no «todo lo que reluce es oro», que todos tenemos propósitos sin cumplir y que, puestos a tirar del refranero español, las comparaciones son odiosas.
Una vez conseguido este punto (nada fácil), podemos pensar «vale, no me comparo, pero mis propósitos no los he cumplido de todos modos», los propósitos suelen ser metas complicadas para nosotros, sino no serían propósitos, no tendemos a ponernos objetivos fáciles ya que si lo fueran ya los habríamos cumplidos. Partiendo de esta verdad tan simple pero que no solemos plantearnos, vamos a ser más benevolentes con nosotros mismos, a nadie le gusta que le critiquen o castiguen y la realidad es que nuestro peor enemigo y el mayor crítico solemos ser nosotros mismos. Aprovecha las oportunidades que se te presentan con menos presión y sin agobios, intenta darle la vuelta y pensar que no haber cumplido todos tus sueños ha de ser una motivación para seguir , siempre pensando que «lo mejor está por llegar». Antes hablábamos de que muchos de los propósitos no nos los ponemos nosotros, sino que vienen impuestos por la sociedad y que no somos conscientes o puede que sean cosas que no encuentres y esto te genere desesperación (como una pareja, un trabajo, un hijo…), por ejemplo, antes las mujeres a los 25 ya estaban casadas y ahora esto es lo excepcional, se ha adelantado la fecha pero igualmente, si no tienes pareja a la edad que pensabas, que no cunda el pánico, no pasa nada, en vez de angustiarte aprovecha este momento y prepárate para el futuro. En el pasado también era más fácil trabajar e independizarse y puede que pensaras que conseguirías esto fácilmente y no ha sido así, hay que ocuparse en lugar de preocuparse, no sirve de nada que te lamentes y te sientas mal, tienes derecho a la queja si no tienes lo que deseas, pero quéjate caminando y no estancado. Si no estás conforme con tu situación a cualquier nivel, si no has conseguido aquello que te propusiste, tienes que seguir buscando. Aprovecha este momento para equivocarte todo lo que haga falta y aprender de los errores, sigue adelante y no te frustres, la frustración pasa por creer que si no lo has logrado hasta ahora no vas a lograrlo y esto es falso, no haber encontrado el rumbo definitivo en tu vida no es tan grave y no haber cumplido aquello que te marcaste es normal, hay que animarse a seguir y a probar caminos diferentes para conseguir tus objetivos o para encontrar tu bienestar.
Corta con las ideas de los plazos, un plazo para llegar al altar, un plazo para tener hijos, un plazo para ser exitoso laboralmente… Si te preocupa tu reloj biológico, no te estanques en la preocupación y dejes que este avance, infórmate sobre los recursos existentes para ser madre sin obsesionarte, emparejarte con alguien solo porque se supone que es lo que debes hacer anulará la oportunidad de conocer a alguien mejor para ti, aprovecha ahora, conoce gente y de este modo sabrás que tipo de pareja buscas,experimenta y equivócate. Si estas insatisfecho laboralmente intenta resolver tus insatisfacciones, lo peor que puedes hacer en cualquier caso es deprimirte, te conviene tener fuerzas que te permitan investigar opciones, evaluar oportunidades o perfeccionar tus habilidades. Las mejores oportunidades suelen surgir cuando no lo esperábamos y cuando dejamos de obsesionarnos, pero esto no implica quedarse parado, suele ser cuestión de cambiar de expectativas, estar más dispuesto a aprender , descubrir que es lo que quieres verdaderamente e ir a por ello. Vive situaciones variadas, conoce gente, enamórate las veces que quieras, aprende continuamente para perfeccionarte laboralmente… y evalúa si tus exigencias y necesidades fueron demasiado elevadas, repitiéndote que si sigues andando verás que lo mejor está por llegar.
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