Trastorno Ansiedad
GENERALIZADA
GENERALIZADA
Hablamos de ansiedad generalizada cuando la persona siente preocupación excesiva difícil de controlar sin un origen definido y tiende a anticipar posibles peligros o situaciones catastróficas. Esta ansiedad causa un malestar significativo en la vida de la persona, afectando al área laboral, social…
La persona siente una cadena incesante de preocupaciones por una cadena de situaciones cotidiana como hijos, trabajo, pareja, salud, organización, finanzas… Hay personas que tienen de una a tres preocupaciones fijas y otras que se preocupan por una gran variabilidad de temas.
No se trata de preocupaciones aisladas, son persistentes y pueden convertirse en pensamientos obsesivos. A la persona le cuesta dejar de pensar en ello y cuando lo piensa, le cuesta mucho detener esas preocupaciones, por lo que, las preocupaciones son invasivas e incontrolables, ello genera un alto grado de agotamiento mental. Los temores de las personas suelen hacer referencia a situaciones futuras (inmediatas o lejanas) y piensan en la peor de las situaciones
(anticipación catastrofista).
Existencia de miedos relacionados.
En ocasiones, parece que la persona solo tenga una preocupación, sin embargo, cuando las consecuencias de este temor son desproporcionadas, es probable que existan temores relacionados. Por ejemplo, pensemos en una persona con un gran grado de síntomas ansiosos cuya causa cree que es el miedo a suspender una oposición, es probable que tenga miedos asociados como decepcionar a su familia, que su pareja le deje, depender económicamente de
esta…Además, son problemas que no existen en el presente, por lo que, la persona se siente incapaz de abordarlos y ello empeora el cuadro ansioso.
Incertidumbre e incontrolabilidad en la ansiedad
La incertidumbre e incontrolabilidad generan un mayor grado de ansiedad, es decir, no conocer qué puede ocurrir y tener la percepción de que no voy a ser capaz de enfrentarme a ello. Un ejemplo claro es la persona que utiliza de manera recurrente la expresión: “¿y si…?” , “¿y si le ocurre algo a mi hijo?”, “¿y si me despiden?”, “¿y si tengo cáncer?”… Estos pensamientos catastrofistas y anticipatorios están casi automatizados y no suelen estar fundamentados, es
decir, si tengo miedo al despido, este no está basado en ninguna causa objetiva, es un temor infundado, pero, se suele sobreestimar la probabilidad de que ocurra y si se da, creemos que va a ser horrible y que no podremos responder correctamente a ese hecho.
No suele existir una causa en concreto, pero, si un conjunto de factores predisponentes, como, que algún familiar o persona de nuestro entorno haya padecido este trastorno, haber vivido una situación traumática… Puede aparecer en cualquier momento vital.
La preocupación excesiva y generalizada suele ir acompañada de síntomas como:
Como hemos comentado, la ansiedad generalizada afecta a diferentes áreas vitales, por ejemplo, a la persona le cuesta desconectar en su tiempo libre, concentrarse en el trabajo, altera las relaciones sociales etc.
La persona con ansiedad generalizada suele “chequearse” continuamente, es decir, buscar signos que verifiquen si la ansiedad está presente o si se ha ido, esto hace que se ponga el foco en nuestro organismo y pensamiento y que focalicemos más en estas preocupaciones y signos que, a su vez, aumentan la ansiedad. Podemos decir que se desarrolla fobia a la ansiedad, un gran temor a que esta permanezca.
Por otro lado, se siente que por muchos recursos que se utilice, no se podrá gestionar la ansiedad. La persona se siente incapaz de afrontarla y al ser preocupaciones futuribles, solo le queda la opción de preocuparse, con lo que, entra en un círculo vicioso de preocupaciones.
Finalmente, las personas que sufren esta ansiedad generalizada, tienden a buscar detalles que confirmen sus miedos, pensando que de esta forma se podrán preparar para enfrentarse a ello. Lo que realmente ocurre es que involuntariamente focalicen su atención en aspectos que
aumentan su ansiedad.
Expertos en ansiedad
Trabajaremos desde la terapia cognitiva para que comprendan qué les ocurre y cómo reconducir la situación.
Abordaremos los pensamientos intrusivos y catastrofistas, tratando de que la persona modifique sus esquemas mentales.
Trabajaremos las respuestas que realiza la persona, que pueden ir desde evitación de las situaciones temidas, bloqueos o estrategias poco saludables como ingesta masiva de medicamentos o alimentos, fumar en exceso…
Por otra parte, se aborda el área fisiológica, por ejemplo, mediante técnicas de relajación.
El pronóstico es muy favorable y los resultados se mantienen a largo plazo.
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