Duelo
Te ayudamos a superarlo
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El duelo es un proceso psicológico consistente en la reacción del individuo ante una pérdida significativa, generalmente, de un ser querido. Este duelo suele darse cuando fallece una persona, pero, también cuando lo hace una mascota. Por otro lado, podemos pasar por un proceso de duelo si entendemos que hemos sufrido cualquier pérdida irreversible, por ejemplo, si existe una ruptura, aunque hay aspectos (especialmente referidos a la intensidad con la que se vive la tristeza) que varían.
El individuo en duelo suele considerar su ánimo deprimido como “normal”, si bien el individuo puede buscar ayuda profesional para aliviar otros síntomas que lleva asociados, tales como insomnio o anorexia. Además, también es importante la búsqueda de ayuda profesional para el acompañamiento en este proceso y el trabajo en la prevención de un duelo patológico, es decir, un duelo que se prolonga excesivamente en el tiempo o que no es posible gestionar por la propia persona.
La duración y la expresión de un duelo “normal” varían considerablemente entre los distintos grupos culturales, además, varía según las características y los recursos personales, según el tipo de pérdida y las circunstancias en las que se haya producido, etc.
Como parte de su reacción ante una pérdida así, algunos individuos en duelo presentan síntomas característicos de un episodio de depresión mayor, como por ejemplo sentimientos de tristeza con otros síntomas asociados, como insomnio, falta de apetito y pérdida de peso.
Es común que, dependiendo del momento en el que la persona se encuentre los síntomas varíen, por ejemplo, pueden ir desde la paralización, pasando por el enfado, la irritabilidad, la tristeza, la apatía… incluso, alternar episodios de mucha actividad porque la persona se embarca en muchos proyectos que le protegen de la confrontación con la realidad.
Trabajamos para ayudarte a superar el duelo
En la terapia del duelo no se busca que la persona, en primera instancia, deje de sentirse triste, ya que es una emoción normal ante las pérdidas y adaptativa, sin embargo, ayuda a que nos anclemos en mecanismos que pueden perjudicarnos. Por ejemplo, negar la realidad es un mecanismo de protección natural que, a priori, no supone ningún problema, sin embargo, si la persona se queda estancada en la negación, es más probable que desarrolle un duelo patológico. El objetivo suele ser acompañar a la persona hasta la fase de aceptación (pero esto no significa evitar el dolor) y, en última instancia, se persigue que la persona prosiga su vida adaptándose a la pérdida.
Como comentábamos, se trabaja toda la sintomatología asociada a ese duelo, como insomnio, apatía, ansiedad, crisis de pánico…
En este tipo de terapia es muy importante el trabajo emocional, pero, también el cognitivo, ya que existen distorsiones cognitivas que pueden hacernos el camino más doloroso, por ejemplo, si pensamos que cuanto más suframos más le echamos de menos, que no nos merecemos reírnos… Por ello, el trabajo cognitivo y emocional van de la mano en la recuperación de la persona, siendo un proceso complejo que conviene trabajarlo con un psicólogo.
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